jueves, 19 de febrero de 2009

Tulipan

Y asi empieza, otra vez. Cuatro cachorritos corren a mis pies y el tulipan que me dieron abierto hace una semana ya se esta muriendo. He estado pensando en que ayer en la universidad, cuando me preguntaron porqué estaba tomando todas las materias posibles, y contesté que para acabar pronto; me di cuenta de que no se para que quiero acabar pronto.
Lo que me viene a la cabeza es algo que lei la semana pasada en el libro de Luis Buñuel (Mi ultimo suspiro), hablando de la juventud de su amigo Dalí, contó la historia del día que se presento para su entrevista para entrar a Bellas Artes (que era la escuela a la que quería entrar):
En Junio, cuando tuvo que presentarse al examen de ingreso en Bellas Artes y le hicieron sentarse ante el tribunal para el examen oral, exclamó de pronto:
-No reconozco a ninguno de los que están aquí el derecho a juzgarme. Me marcho.
Y se marchó efectivamente.
No es que me identifique especialmente con esta historia, ni siento el deseo, (tal vez un poco, pero no más de lo normal), de hacer lo mismo. Pero si hay algo en esa corta anecdota que me hace sentir más tranquila cuando pienso en los dos años de escuela que me faltan y en lo poco que se acerca de lo que voy a hacer cuando salga.


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